Historia del terrorismo de ETA (1959 - 20 de octubre de 2011)
Euskadi Ta Askatasuna (ETA), que significa "País Vasco y Libertad" en euskera, fue una organización armada de ideología nacionalista vasca e independentista que marcó profundamente la historia de España durante más de medio siglo. Fundada en 1959 en plena dictadura franquista, ETA nació con el objetivo de luchar por la independencia del País Vasco y la construcción de un Estado socialista vasco. Sin embargo, sus acciones pronto se centraron en la violencia y el terrorismo, dejando un saldo de más de 800 muertos, miles de heridos y un profundo impacto en la sociedad española.
Los primeros años: origen y contexto
ETA surgía como una escisión de las juventudes del Partido Nacionalista Vasco (PNV), frustradas por lo que consideraban una actitud pasiva frente al régimen franquista. Desde sus inicios, combinó actividades culturales y políticas con acciones violentas, adoptando una estrategia de lucha armada. En la década de 1960, ETA comenzó a ejecutar atentados, siendo uno de los más relevantes el asesinato del comisario Melitón Manzanas en 1968, considerado su primera víctima mortal.
La Transición democrática: escalada de violencia
Con la muerte de Francisco Franco en 1975 y la llegada de la democracia, muchos esperaban que ETA abandonara las armas. Sin embargo, la organización intensificó su actividad terrorista, justificando su lucha con el argumento de que la Transición no garantizaba la autodeterminación del País Vasco. Durante los años 80, ETA llevó a cabo algunos de los atentados más sangrientos de su historia, como el ataque en el centro comercial Hipercor de Barcelona en 1987, que dejó 21 muertos.
Los GAL y la respuesta del Estado
En los años 80, el Estado español respondió con una estrategia que incluía tanto la acción policial como la creación de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), un grupo paramilitar que actuó ilegalmente contra ETA y su entorno. Las actividades de los GAL, que incluyeron secuestros y asesinatos, fueron muy controvertidas y contribuyeron a polarizar aún más la situación.
Los intentos de negociación
A lo largo de su historia, hubo varios intentos de negociar el fin de la violencia. En 1989, 1998 y 2006, se llevaron a cabo conversaciones entre ETA y el Gobierno español, pero todas fracasaron debido a la falta de acuerdos fundamentales y a los atentados que continuaron durante las treguas declaradas por la organización. Uno de los más significativos fue el atentado en el aeropuerto de Barajas en 2006, que acabó con la vida de dos personas y marcó el fin de un proceso de diálogo iniciado ese mismo año.
El declive y el cese definitivo
A partir de los años 2000, ETA comenzó a experimentar un debilitamiento progresivo debido a la creciente eficacia de las fuerzas de seguridad españolas y francesas, así como a la creciente condena social hacia sus acciones. En 2011, ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada en un comunicado histórico emitido el 20 de octubre. Este anuncio marcó el final de más de cinco décadas de violencia, aunque el proceso de desarme y disolución total no se completó hasta 2018.
Impacto y legado
El terrorismo de ETA dejó una profunda huella en la sociedad española y, especialmente, en el País Vasco. Además de las víctimas mortales, miles de personas vivieron bajo la amenaza constante de ser objetivos, y muchas familias fueron forzadas al exilio. Por otro lado, el debate sobre la identidad nacional y los derechos de autodeterminación sigue siendo un tema central en la política española.
El final de ETA marcó el cierre de un capítulo doloroso, pero también dejó el reto de construir una memoria histórica inclusiva que reconozca a las víctimas y fomente la convivencia. La sociedad española sigue avanzando en este camino, buscando superar las heridas de un pasado marcado por la violencia y el terror.
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